Bar-resto con delikatessens naturales, decorado con arte joven.

En horarios de desayunos y meriendas, su vereda –sobre la calle Perú - se transforma en espacio de lectura de estudiantes, escritores y artistas, que degustan las comidas naturales del lugar, como si estuviera en su propia casa. Cuidan cada uno de los detalles. Es así como, las tazas del desayuno nos hacen recordar a las que utilizábamos cuando éramos niños; la comida tiene los olores que asociamos a la cocina de nuestra madre; un living, con sillones y mesas bajas en un nivel inferior, propone un lugar privado, separado del bullicioso restaurante. Dicen los que saben, que la cocina es un laboratorio. Es un lugar con trayectoria en el barrio. Alicia empezó en el 2000 como un almacén natural pensando en la Salud, así como está escrito, con mayúscula. Para entender mejor este proyecto, sólo hace falta leer una pizarra que escribió entonces: "La posibilidad de hacer realidad un sueño es justamente lo que vuelve a la vida interesante". En este pequeño lugar ubicado muy cerca del actual Origen, Alicia se animó a poner mesas. El almacén se llenó, rebozaba. Durante el verano aparecieron mesas en la vereda. Tampoco alcanzaba, los habitúes pedían más. Es así como el sueño de Alicia se concretó y la esquina fue suya. La acompaña Martín, desde muy joven y ahora comparte el éxito. Hoy siguen evolucionando fieles a sus Origenes.