Comer & Beber. Restaurantes.
El Casal es una joya especial. Su construcción arrancó en 1886 y se fue ampliando hasta que en el 1927, se anexo el edificio vecino y se comenzó a reformar la fachada para caracterizar el edificio, buscando un lenguaje arquitectónico propio para expresar su nacionalismo. Se logró un aspecto señorial, en un estilo neogótico en versión barcelonesa, mezclado con una decoración modernista de principios de siglo. No deje de observar la herrería de la fachada, los cerámicos vitrificados y el fresco que enorgullece la sala principal. El edificio alberga el restaurante y la sala de teatro "Margarita Xirgu", mas 5 salas para exposiciones y muestras de pintura, fotografía y dibujos. Pero hablemos del restaurant. Cerca de la entrada, se ubica el bar, debajo de un maravilloso vitreaux de 1880 que acompaña la escalera de honor del histórico edificio. Allí, las especialidades son las tapas: callos, pan tumaca, boquerones e infinidades de autenticas tapas que nos harán sentir por momentos como en Barcelona. El restaurant ofrece "cuina" catalana. Baten récords los cochinillos, que consiguen pequeñitos –de tres meses– y cuecen como en los antiguos hornos de Segovia, crocantes y tiernos. Algunas de las especialidades catalanas, de mar, huerta y montaña, con sus típicas salsas, como el alioli (algo similar a la mayonesa, de ajo y oliva), la salsa romesco (aderezo a base de pimiento, almendra, pan frito, ajo y perejil), la "picada" (una mezcla de numerosos ingredientes machacados en un mortero), el sofrito (tomate y cebolla) y la samfaina (dados de vegetales salteados en aceite de oliva). Pero lo mejor viene después, un festival de postres: crema catalana quemada, mel i mato, flan de naranjas, brazo gitano con crema de chocolate y granita de cava y Patxarán. La cocina está a cargo de Yanina Andreani, Damián Cicero y Mauro Gentile, un trío de jóvenes que se conocieron por pertenecer a la brigada del Chef Catalán Joan Coll.
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