La Puerta Roja, una invitacion diferente, ¿Cual? Toca y entra No importa que Chacabuco sea una calle bastante oscura: en el 733, brilla esta puerta que se abre ni bien se toca el timbre, a la manera de los speakeasy, los bares clandestinos en la época de la ley seca en los años 20 en EE.UU. Una propuesta simple, esencial, despojada de artificios, que se ha transformado exclusivamente por el boca a boca, en un lugar inevitable en San Telmo. Mariano, Lenny y Greg, son los responsables de este emprendimiento. Sus clientes: muchos extranjeros mezclados con porteños y algunos visitantes de otros barrios. Algunos llegan temprano, otros siguen llegando hasta bien entrada la madrugada. Subiendo una escalera se accede a la barra, parada obligada para pedir una copa. No es necesario pedir la carta: una gran pizarra tiene la lista de opciones. El espacio está dividido en tres partes: una sala con mesa de pool, la otra con dos mesas circulares con sillones, en la que a futuro se servirán cenas, y la tercera corresponde a la sección barra, a la que se suman mesas bajas con banquetas y sillones. Ya sabe, tocar y entrar es la forma de acceso. Solo hay que esperar que abran la puerta.