Platos modernos elaborados con una gran variedad de ingredientes, que son todos descriptos en la pizarra.

Su nombre puede ser engañoso para algunos. Esto no es sólo un "Café". Este restaurante sirve platos modernos elaborados con una variación de ingredientes, que son todos descrito en la pizarra: armadillo en escabeche, paté de conejo con mermelada de ciruela y el vinagre balsámico, ostras frescas y liebre en escabeche. Para más de un desprevenido, lo de café es sólo parte de su nombre. El amor por la cocina aparece a cada paso: Leandro Cristóbal “Lele” es la cabeza del lugar, con la colaboración de padre y madre (Julián y Silvia) y un equipo que varía entre dos o tres cocineros a la par y un par de camareros. Los platos están detallados en la pizarra. Se impone arrancar con las tapas: queso brie con tomates confitados, tortilla de papas y gírgolas en escabeche, paté de conejo con confitura de ciruelas al balsámico, ostras frescas y liebre marinada. Hablando del plato principal, salmón rosado salteado con rúcula y tomatitos sobre polenta y vegetales, langostinos salteados en almíbar de jengibre con arroz, verduras y soja, bondiola de cerdo braseada con panceta ahumada y ojo de bife. Sin embargo, los vegetarianos pueden optar por unas pastas con vegetales que bien vale la pena probar, como los canelones de masa negra rellenos con frutos de mar. Es muy chico, entran 25 personas, así que no se olvide de reservar. Un lugar casi de culto, para volver, volver y volver...